Fábulas de Esopo con Moraleja 🐐
Al salir la cabra de su establo encargó a su hijo el cuidado de la casa, advirtiéndole el peligro de los animales que rondaban por los alrededores con intención de entrar a los establos y devorar el ganado.
No tardó mucho tiempo en llegar el enemigo: ¡Un lobo horrible, amiguitos míos, un lobo!. Que imitando la voz de la cabra llamó cortésmente a la puerta para entrar.
Al mirar el pequeño cabrito por la rendija vio al feroz carnicero y, sin intimidarse, le dirigió el siguiente discurso:
-Bien sé que eres nuestro maYor enemigo y que , imitando la voz de mi madre, pretendes entrar para devorarnos. Puedes marcharte, odiado animal, que no seré yo quien te abra la puerta.
Sigue el consejo de tus padres
y vivirás feliz toda la vida.