En la colmena, una abeja está feliz y contenta por el nacimiento de las nuevas abejitas.
—- toma bebe esto es miel—- le da una ración de miel a la recién nacida abejita, que al probarla exclama complacida.
–¡uhhh!, que buena—, se oye un alboroto infantil en la colmena, son las otras abejitas recién nacidas.
La abeja adulta se presenta:—niños soy la profesora Casandra, bienvenidos a la colmena—, a cada uno se le entrega una ración de miel.
La pequeña se percata que hay una abejita que sigue durmiendo en su casilla.
La profesora les dice a los pequeños que llego el momento de conocer a la reina, guiándolos todos la siguen, menos la abejita que se queda para despertar al dormilón.
—-oye, despierta para que comas esto—- Por fin logra despertarlo, y aturdido se cae, la abejita se ríe con cariño y desenfado, ayudándolo a ponerse de pie.
—toma prueba esto—
—¿qué es?—
—se llama miel— dice la abejita.
—es muy rico— entonces el dormilón despues de probar un poquito, devora el resto a grades tragos.
El grupo de abejitas ha llegado al gran salon donde se encuentra la reina. La reina emocionada y cariñosa, da la bienvenidas a las nuevas abejitas, y observando detenidamente a cada uno les otorga un nombre, pero al terminar se da cuenta de que faltan dos,
—faltan dos abejitas ¿Dónde están?—- cuando la profesora le iba a responder, contesta la recién llegada, que estaba entrando con su nuevo compañero.
—aquí estamos— la profesora los reprendió,
—- deberían estar aquí ¿qué estaban haciendo?—-
La aludida contesto —-probando la miel—.
La reina algo divertida por la situación pide a los recien llegados que se acercaran a ella, la pequeña de inmediato vuela decidida a los brazos de la reina dándole un beso en la mejilla a modo de saludo, sorprendiendo a la reina que se rio.—j, ji, ji, ji—
—hola pequeña Maya me alegro de conocerte—-
La abejita brinco de alegría.
—Maya, mi nombre es Maya, que bonito nombre— de pronto pregunta,—¿de qué sirve una reina?.
—para empezar soy la madre de todas vosotras.
—todas gritaron a la vez—mamá…..—- la reina continúo diciendo:
—pero no solo eso, también debo asegurarme de organizar la colmena, de que la colonia funcione bien, ¡oh! Bienvenido Willy— saludo al glotón.
La profesora Casandra, se los llevo para mostrarles el lugar que les corresponde en la colmena, todos obedecieron despidiéndose de la reina.
La colmena es muy grande y estaba llena de actividad, todos dentro de ella están ejerciendo un trabajo, la profesora les va explicando los distintos lugares por donde van pasando, Maya se distrae maravillada del lugar, la profesora a cada rato le pide que no se aparte de las demás.
Maya le pregunta a unas abejas que se están pasando los paquetes de polen unos a otros ¿siempre hacen lo mismo? —que aburrido— dice asombrada y un poco descarada.
La profesora la llama de nuevo para que no se despiste del grupo, luego ve unos brotes resplandecientes y quiere jugar con eso, la regañan y ella pregunta que cuando van a divertirse.
—síganme, van a hacer la primera tarea— ordeno la abeja maestra.
Los puso a hacer celdas de barro, todos las hicieron perfectas, menos Willy y Maya, uno hizo un cubo y la otra una preciosa flor,
—-es bonita— dice Maya
—-tienes que seguir las reglas, no tiene que ser bonita sino practica— corrigió la profesora.
Terminada la actividad, la profesora dirije al grupo fuera de la colmena para enseñarles el prado.
Todas exclamaron con asombro el hermoso prado inmenso y con flores multicolores y de todas las formas.
—Ahora les enseñare a volar—- indico Casandra, desde una hoja ella les muestra como volar, le ordena a Willy que lo intente, este temeroso trata de volar animado por su compañera, logra volar tímidamente pero cae en un montón de barro, Casandra y las chicas se asustan pero comprueban que no le paso nada.
Le toca el turno a Maya, que en un primer intento lo logra, emocionada vuela sin control y llena de fascinación por la nueva experiencia, pasa muy rapido entre las flores chocando con estas y cayendo dentro de una.
Todas aprenden a volar y siguen a Casandra que les muestra todo el lugar, enseñándoles sobre todo lo que ven, no solo plantas, sino tambien sus nuevos vecinos de prado como un escarabajo de nombre Ben, que rodaba una bola de estiércol, un caracol que lleva su casa a cuestas, una gota de agua que parece un espejo, es todo nuevo y fantasticamente divertido.
Maya se queda retrasada del grupo, oye un sonido que sale de éntre las ramas, con cautela se acerca, para descubrir como un saltamontes verde toca melodioso un violín, la ve y la saluda con una pequeña reverencia.
—-hola, soy Gri ¿cómo te llamas—-
—soy Maya. Qué es eso que tienes ahí—
—es un violín—
—y esa raya que esta allá arriba ¿Qué es?—-
—eso es un arcoíris—
Casandra llego a buscarla agitada y un poco molesta.
—-Maya no puedes separarte, es peligroso debemos mantenernos juntas para protegernos, vamos y ya no te separes. ¡Que abejita tan tremenda!—-.
Despues de una jornada llena de descubrimientos se ha hecho de noche, Casandra revisa a las abejitas una por una y las acomoda con ternura en sus celdas, cuando le toca el turno a Maya le dice:
—Casandra, el prado es muy bonito—
— si es muy bonito— le contesta la abeja-
—-yo quiero vivir en el prado entre las flores— le manifiesta Maya.
—no Maya, todas las abejas deben vivir en la colmena y trabajar, para asegurar nuestra supervivencia—- le enseña la profesora.
—- pero yo quiero vivir en el prado y tener mi propia casa—
—-eso es imposible Maya, nuestro lugar es en la colmena, ya duérmete—- alejándose para que las abejitas duerman.