Fábulas cortas 🦅 Esopo.
Una tortuga, cansada de arrastrar siempre su concha por la tierra, suplicó al águila la levantase por los aires lo más alto que pudiera.
Así lo hizo la reina de las aves, remontando a la tortuga por encima de las nubes. Al verse en tal altura la tortuga, exclamó:
-¡Qué envidia me tendrán ahora los animales que por el suelo se mueven, al verme encumbrada entre las nubes!.
Al oír esto el águila fue incapaz de soportar el peso de tanta vanidad y soltó a la ilusa que, al caer sobre peñascos, se deshizo en mil pedazos.
Refran: Para los vanidosos,
Antoine de Saint-Exupéry
todos los demás hombres son admiradores.