Pinocchio Audio Cuentos Infantiles Disney
En una vieja carpintería, un señor amable y simpático llamado Geppetto, terminaba un día de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un bonito muñeco de madera que había construido ese día.
Al mirarlo, pensó:
– ¡Qué bonito me ha quedado! ¡Ya solo queda ponerle nombre!
Y como el muñeco había sido realizado de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho.
Aquella noche, Geppeto se fue a dormir con el profundo deseo en su corazón de que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo al que educar y con el que compartir su vida. Cuando estaba profundamente dormido, llegó un hada madrina con buenas intenciones y, viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen carpintero dando vida al muñeco con su varita mágica.
Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos, no podía creer lo que ellos le decían. ¡Sí! Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad para alegría y sorpresa del viejo carpintero.
Feliz y muy satisfecho, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese un niño muy listo y que aprendiera muchas cosas. Lo acompañó su amigo Pepito Grillo, el pequeño consejero que le había dado el hada buena. Pero en el camino al colegio, Pinocho se hizo amigo de dos niños muy inquietos a los que les gustaba hacer pequeñas maldades. Los acompañó en sus travesuras e ignoró los consejos del grillito.
En lugar de ir a la escuela, Pinocchio decidió seguir a sus nuevos amigos, buscando aventuras que podrían terminar en problemas. Al ver esta situación, el hada buena le envió un hechizo. Por no ir a la escuela, hizo que crecieran dos orejas de burro y, por portarse mal, cada vez que decía una mentira, le crecía y crecía la nariz.
Pinocho acabó reconociendo que no estaba comportándose bien y, arrepentido, decidió buscar a Geppetto. Supo entonces que Geppeto, al salir en su búsqueda por el mar, había sido tragado por una enorme ballena. Pinocho, con la ayuda del grillito, se fue al mar para rescatar al pobre viejecito.
Cuando Pinocho por fin estuvo frente a la ballena le pidió que le devolviese a su papá, pero la ballena sin responder abrió muy grande su boca y se lo tragó también a él. Dentro de la ballena, Geppetto y Pinocho se reencontraron. Y se pusieron a pensar cómo podrían salir de allí.
Gracias a la ayuda de su amigo Pepito Grillo encontraron una solución. Hicieron una fogata, el humo que de ella salía hizo estornudar a la enorme ballena y la balsa salió volando por los aires con sus tres tripulantes.
Todos se encontraban felizmente a salvo. Pinocho arrepentido por no haber hecho caso a su papá volvió a casa y al colegio, y desde ese día se ha esforzado en comportarse bien.
En recompensa por su esfuerzo y buenas intenciones, el hada lo convirtió en un niño de carne y hueso. Y desde ese día Geppetto y Pinocchio fueron muy felices por muchos, muchos años.