WINNIE THE POOH y CHRISTOPHER ROBIN rescatan a PIGLET

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CAPiTULO IX ☂️ En el cual Pooh, Christopher Robin y Buho salvan a Piglet 🧸 Episodio 19 (Parte 3 de 3)

Cuento Clásico Disney – A.A. Milne

(Ir al Primer Episodio del Capítulo IX)

Christopher Robin vivía en lo más alto del Bosque.

Llovía, Llovía y llovía, pero el agua nunca podría inundar su casa.

Le divertía mirar abajo, al valle, y ver todo el campo cubierto de agua; pero llovía tan fuerte que se pasaba la mayor parte del tiempo dentro de casa pensando en sus cosas. 

Todas las mañanas salía con el paraguas y clavaba un palito en el borde donde llegaba el agua y a la mañana siguiente ya no podía ver el palito y entonces colocaba otro, otra vez en el borde donde llegaba el agua, y se volvía andando a casa; y cada mañana le quedaba menos para andar desde su casa casta donde tenía que clavar el palito. 

En la mañana del quinto día vio que estaba totalmente rodeado de agua y pensó que, por primera vez en su vida, estaba en una isla de verdad. Aquello le pareció muy emocionante. Fue esa mañana cuando Búho llegó, volando por encima del agua, a dar los buenos días a su amigo Christopher Robin.

-Fíjate, Búho -dijo Christopher Robin- ¡Estoy en una isla!

-Las condiciones atmosféricas han sido desfavorables últimamente -dijo Búho.

-¿Las qué?

-Ha estado lloviendo -explicó Búho.

-Si -dijo Christopher Robin-, y mucho.

-El nivel de anegación ha alcanzado cotas sin precedentes.

-¿El quién?

-Hay mucha agua por todas partes -explicó Búho.

-Sí -dijo Christopher Robin-, mucha.

-Sin embargo, las perspectivas van mejorando paulatinamente. En cualquier momento..

-¿Has visto a Pooh?

-No. En cualquier momento…

-Espero que esté bien -dijo Christopher Robin-. ¿Crees que estará bien? Estoy preocupado. Confío en que Piglet estará con él.

-Supongo que sí. Verás, en cualquier momento…

-Por favor, vete a ver, Búho. Winnie the Pooh no tiene mucho cerebro ¿Comprendes, Búho? y puede hacer cualquier tontería, y yo le quiero tanto. ¿Comprendes, Búho?

-Está bien -dijo Búho-. Ahora vuelvo.

Volvió enseguida.

Winnie the Pooh no está -dijo.

-¿No está?

-Ha estado. Ha estado sentado en una rama de su árbol, junto a su casa, con nueve tarros de miel. Pero ya no está.

-¡Oh, Pooh! -gimió Christopher Robin-. ¿Dónde te has metido?

-¡Aquí estoy! -dijo una voz conocida, tras él.

-¡Pooh! Corrieron a abrazarse.

-¿Cómo has llegado hasta aquí, Pooh? -preguntó Chris-topher Robin cuando recuperó la voz.

– En mi bote -dijo Winnie the Pooh lleno de orgullo-. Recibí un “Minsaje” importante en una botella y como no podía leerlo, porque se me había metido agua en los ojos, decidí traerlo en mi bote.

Y con estas palabras entregó el mensaje a Christopher

Robin.

-Pero, ¡si es de Piglet! – dijo Christopher Robin después de leerlo.

-¿No dice nada de Pooh ahí? -preguntó el Oso mirando por encima del hombro.

Christopher Robin leyó el mensaje en voz alta…

-Así que las «P» son de «Piglet», y yo creía que eran de «Pooh».

-Tenemos que rescatarle inmediatamente. Yo creía que estaba contigo, Pooh. Búho, ¿podrías traerle volando?

-No creo -dijo Búho después de una grave meditación- Es dudoso que la fuerza de los músculos dorsales…

-Entonces, vete, por favor, a decirle inmediatamente que ya vamos a rescatarle. Mientras tanto Pooh y yo pensaremos algo y llegaremos enseguida. Por favor, Búho, no hables más y vete rápido. -Y Búho echó a volar pensando en algo que decir.

-Bueno, Pooh -dijo Christopher Robin-, ¿dónde está tu bote?

-Tengo que decir -explicó Winnie the Pooh mientras se dirigían al borde de la isla-, que no es un bote corriente. Unas veces es un bote y otras es más bien un accidente. Depende mucho.

-¿Depende de qué?

– De que yo esté encima o debajo.

-Ya, bueno. Pero ¿dónde está?

-¡Allí! – dijo Winnie the Pooh señalando a El Oso Flotante con orgullo.

No era lo que Christopher Robin había imaginado, y cuanto más lo miraba, más Inteligente y Valeroso le parecía Pooh, y, cuanto más pensaba esto Christopher Robin, más modestamente miraba al suelo Winnie the Pooh, haciendo como que no.

-Pero es demasiado pequeño para los dos dijo Christopher Robin preocupado.

-Tres con Piglet. -Aún más difícil. ¡Ay, Pooh! ¿Qué vamos a hacer?

Y entonces este Oso, Oso Pooh, Winny de Pooh, ADP (Amigo de Piglet), CDC (Compañero de Conejo), DDP (Descubridor del Polo), CDI y BDR (Consolador de Igor y Buscador de Rabos), o sea el mismísimo Pooh, dijo algo tan inteligente que Christopher Robin se le quedó mirando con la boca abierta y con los ojos como platos, preguntándose si, en verdad, éste era el Oso de Poco Cerebro que él creía conocer tan bien.

-Podríamos ir en tu paraguas -dijo Winnie the Pooh.

-¿?

-Podríamos ir en tu paraguas -dijo Winnie the Pooh.

– !!!

Porque de pronto, Christopher Robin comprendió que sí podían. Abrió su paraguas y lo puso boca arriba sobre el agua. Flotaba, pero se inclinaba para un lado y para otro.

Winnie the Pooh se metió dentro. Empezó a decir que ahora ya iba bien, pero descubrió que no y, después de tragar un poco de agua que no había previsto, volvió junto a Christopher Robin.

Entonces se subieron al paraguas los dos a la vez y, por fin, consiguieron que se quedara boca arriba definitivamente.

-Llamaré a este bote El Cerebro de Pooh-dijo Christopher Robin, y El Cerebro de Pooh se hizo a la mar, navegando en dirección sudoeste y girando graciosamente sobre sí mismo.

Podéis imaginar la alegría de Piglet cuando finalmente el navío apareció en su horizonte. 

Años después le gustaba pensar que había estado en grave peligro durante el terrible diluvio, pero, en realidad, el único peligro que había corrido había sido durante la última media hora, en la que Búho se había sentado en una rama vecina y, para distraerle, le había estado contando una historia muy larga de una tía suya que una vez había puesto un huevo de golondrina por error, y la historia seguía y seguía (igual que este párrafo) hasta que Piglet, que estaba escuchando asomado a la ventana, se quedó dormido de aburrimiento y, sin darse cuenta, fue escurriéndose hacia afuera hasta que se quedó colgando sobre el agua, enganchado sólo por los pies. Afortunadamente, en ese momento le despertó un alarido de Búho que era parte de la historia (lo que había gritado su tía) y pudo sujetarse y volver a entrar en casa diciendo:

 «Vaya, ¡qué interesante!» 

Bueno, pues después de semejante peligro, podéis imaginar su alegría cuando vio el barco El Cerebro de Pooh (Capitán: Christopher Robin; Contramaestre: P. Oso) surcando los mares para rescatarle.

Y como éste es el final de la historia y estoy cansadísimo después del último párrafo, será mejor que pare aquí.

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