Relato de cuento corto de Esopo.
La hormiga trabajadora como era, se la pasaba todo el tiempo de verano acumulando comida y lo que le sirviera, que cuyo exceso lo emplearía para soportar el largo y duro invierno. Era infatigable.
La cigarra se pasaba todo el verano cantando y disfrutando del clima encaramada en las ramas, bajo una fresca sombra.
Un día la cigarra vio a la hormiga cargando granos de trigo, con esfuerzo remontaba obstáculos desde su lugar le recriminó a la hormiga su actitud y le aconsejó que, como todavía faltaba mucho tiempo para el invierno podrían pasar el día cantando las dos. A lo que la diligente hormiga hizo caso omiso. Ella continuó su labor de la mejor manera.
Pasa el tiempo y llega el invierno. La hormiga, dentro de su hogar, junto con el calor y seguridad que da el haber trabajado el verano para protegerse de esa cruel temporada, escucha el llamado de la cigarra lamentándose de lo fuerte del invierno.
La hormiga contesta a la cigarra con una pregunta:
– ¿Qué hiciste todo el verano, que no reuniste alimento?
La cigarra bajando su cabeza le respondió que estuvo cantando todo el verano, a lo que la hormiga le sugirió que siguiera cantando todo el invierno. Esta respuesta le enseño a la cigarra que debemos repartir nuestros deberes y nuestras diversiones a lo largo de tiempo para que nada quede sin hacerse.