La caja de los sueños

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Una joven madre tenía una preocupación, pues su hija Ariadna no podía dormir, le costaba conciliar el sueño, sabiendo lo importante que es para los niños dormir bien la madre le inquietaba esa situación, quería descubrir la manera para hacer que su hija tuviera un confortable sueño, sin tantos traumas, no podía recibir un beso de las estrellas y dormir segura hasta el siguiente día.

Un buen día viernes por la tarde la preocupada madre fue a comprar algunas cosas, y decidió dar una vuelta por el mercado para inspeccionar si podía encontrar lo que necesitaba para cocinar, entre tanto caminar por el mercado vio un puesto que ofrecía una gran variedad de objetos para niños. Era algo poco común, porque todos los objetos que vendía esa tienda en particular habían sido de adultos salvo ese preciso día, la mama vio una hermosa caja de madera que llamo su atención, bueno realmente no era hermosa era una caja de madera normal, claro bien elaborada, la mujer pregunto si la caja tenía algo dentro. El vendedor dijo que no tenía nada dentro pero que la caja era especial, que por eso estaba sobre una placa de cristal grueso. La mujer intrigada pregunto, bueno que tiene de especial esa caja, dígame usted, el hombre la observo y con un tono que denotaba misterio le respondió que esa caja la había traído de Japón y con una caja como esa se logra que los niños duerman más y mejor, para que funcione realmente la tienen que hacer, ya que está hecha dijo la mujer, bueno tiene que decorarla, ya que es una caja de buenos sueños.

Tal cosa no podría ser más que una mentira, o fantasía para poder vender una caja tan ordinaria como esa, pero como no encontraba la manera de ayudar a Ariadna a dormir mejor, decidió adquirir la caja de madera, el hombre le advirtió que el proceso era primero fácil y luego difícil casi al mismo tiempo. Tenía que decorar la caja junto a la niña hasta que no quedara ningún espacio sin color, antes de dormir la niña tenía que charlar sobre los sucesos del día que le parecieron desagradables, así sus inquietudes quedarían dentro de la caja cerrándola. Una vez cerrada la caja podría dormir excelente y tener bonitos sueños. Explicado de esta manera tiene lógica pensó la mama de Ariadna así que sin más que objetar, compro la caja de madera.

Al llegar a casa siguió las instrucciones del dueño de la tienda, decoro, pinto y acondiciono la caja de la manera que se le indico, a Ariadna le pareció divertido, creo que pintaría mil cajas más mama dijo Ariadna, le pusieron estrellas, colores llamativos y otros no tanto. De esa manera le dieron valor agregado a la caja de madera que se convirtió en una verdadera caja de noche. Lo que más le gusto Ariadna fue pasar el tiempo con su mama. Progresivamente pasado los días mantuvieron su rutina, compartiendo una con la otra cada vez más experiencias, crecieron en amor y en confianza mutua, ya ha Ariadna no acumulaba cosas preocupantes, pues en el tiempo que se sentaba junto a su mama se sentía cómoda y confortable, ya no se acostaba con las pesadas cargas de las cosas negativas sucedidas durante el día, y progresivamente la niña con el paso de los días fue mejorando su dificultad para poder dormir, hasta el punto que dormía plácidamente y de manera confortable, la madre aliviada fue a la tienda donde compro la caja y le dio las gracias al vendedor.

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