Christopher Robin dirige una expedición al Polo Norte – Cápitulo VIII – Parte 1 de 2 🧸 Episodio 15
Una mañana de sol, Pooh se acercó al extremo del Bosque para averiguar si su amigo Christopher Robin estaba o no interesado en los Osos en general.
Durante el desayuno (una comida ligera a base de mermelada y miel) se le había ocurrido una canción nueva.
Empezaba así:
Sí, sí, cantemos a los Osos.
Al llegar aquí se rascó la cabeza y pensó: «Éste es un buen principio para una canción, pero ¿cómo sigo?» Intentó cantar «Sí, sí» varias veces, pero no le sirvió de nada. «Quizá sería mejor -pensó-, si canto «Ye, ye, cantemos a los Osos… .»», pero no era mejor.
-Está bien -dijo-, cantaré el primer verso dos veces, muy deprisa, a ver si el tercero y cuarto salen solos antes de que me dé tiempo a pensarlo. Así a lo mejor consigo una buena canción. Vamos allá:
Sí, sí, cantemos a los Osos.
Lo creas o no, son maravillosos.
Que llueva o que nieve, a mí me da igual.
Pues tengo las orejas envueltas en un chal.
Que nieve o deshiele a mí me da lo mismo.
Porque nunca he pensado en ir a hacer turismo.
Sí, sí, cantemos a los Osos.
Sí, sí, a Winny hay que cantar.
Antes de que se vaya a casa a merendar.
Estaba tan contento con su canción que fue cantándola durante todo el camino.
-Si sigo mucho tiempo -dijo-, será la hora de la merienda y el último verso ya no será verdad.
Christopher Robin estaba sentado a la puerta de su casa calzándose unas grandes botas. En cuanto vio las grandes botas, Pooh comprendió que una aventura estaba a punto de empezar. Se limpió la miel del hocico con el dorso de la pata y puso cara de estar dispuesto a todo.
-Buenos días, Christopher Robin! -exclamó.
-¡Hola, Oso Pooh! No consigo meterme esta bota.
-Eso es una faena -dijo Winnie the Pooh.
-¿Te importaría apoyarte contra mí?, porque cada vez que estiro fuerte me caigo para atrás.
Pooh se sentó, hincó los talones en la tierra y se apoyó con todas sus fuerzas en la espalda de Christopher Robin, Chriscopher Robin se apoyó con todas sus fuerzas en la espalda de Pub y tiró y tiró hasta que consiguió meterse la bota.
-Bueno, esto ya está -dijo Winny de Puh-, ¿y ahora qué hacemos?
Nos vamos todos a hacer una Expedición -dijo Chris-topher Robin poniéndose en pie y sacudiéndose los pantalones-. Gracias, Pooh.
-¿Una Expodición? -dijo Pooh con entusiasmo-. Me parece que nunca he estado en una de ésas. ¿Dónde vamos a hacer la Expodición?
-Expedición, tonto, más que tonto, ¿no ves que tiene una
Ah, claro -dijo Pooh, que no entendió nada.
-Vamos a descubrir el Polo Norte.
-Ah! – dijo Pooh otra vez– ¿Qué es el Polo Norte?
-Es una cosa que se descubre -dijo Christopher Robin
sin mucha convicción.
-Ya veo – dijo Pooh-. ¿Sabes si los osos somos buenos descubriendo esa cosa?
– Naturalmente que lo sois. Y Conejo, Kanga, y todos.
Es una expedición. Eso es lo que significa Expedición: una fila larga con todo el mundo. Vete diciéndoselo a los demás mientras yo reviso bien mi escopeta. Ah, y tenemos que llevar Provisiones.
-¿Llevar qué?
-Cosas para comer.
-Ah -dijo Pooh encantado-. Creí que habías dicho Provisiones. Voy a avisar a los otros. -Y salió corriendo.
Al primero que encontró fue a Conejo.
-Hola, Conejo -dijo-. ¿Eres tú?
-Supongamos que no lo soy -dijo Conejo-, y a ver qué pasa.
-Tengo un recado para ti.
-Yo se lo daré.
-Nos vamos todos a una Expodición con Christopher Robin.
-¿Y eso qué es?
-Algo así como un barco, me parece -dijo Pooh.
-Ah, ya veo.
-Sí. Y vamos a descubrir un Polo o algo. ¿O tal vez era un
Falo? De cualquier forma, lo vamos a descubrir.
-;Tú crees?
-Sí. Y tenemos que llevar Pro… cosas para comer. Por si queremos comérnoslas. Ahora voy a ver a Porquete. Tú se lo dices a Kanga, por favor.
Dejó a Conejo y se fue corriendo a casa de Porquete.
Piglet estaba sentado en el suelo, a la puerta de su casa, soplando un diente de león y preguntándole si sería este año, el año que viene, alguna vez o nunca. Acababa de descubrir que sería nunca y ahora intentaba recordar qué es lo que estaba preguntando y confiaba en que no se tratara de nada especialmente apetecible. En ese momento llegó Pooh.
-Ah, Piglet-dijo Winny de Puh, muy excitado-, nos vamos todos en una Expodición, nos vamos todos con cosas para comer a descubrir una cosa.
-¿A descubrir una cosa? -preguntó Piglet con inquietud.
-Una cosa.
-¿Una cosa feroz?
-Christopher Robin no dijo nada de feroz; sólo dijo que tenía una a
-No es el aequis lo que me preocupa, son los dientes. Pero si Christopher Robin viene con nosotros, no me da ningún miedo.
Poco después ya estaban todos dispuestos en el extremo del Bosque y la Expodición comenzó.
Primero iban Christopher Robin y Conejo; luego Porquete y Pooh; después Kanga, con Ruh en el bolsillo, y Búho; detrás Igor, y al final una larga fila con todos los Amigos y Parientes de Conejo.
-Yo no los avisé -explicó Conejo-, pero han venido.
Siempre vienen. Pueden ir a la cola, detrás de Igor.
-Lo que yo digo -protestó Igor-, es que resulta desagradable. Yo no quería venir en esta Expo… Lo que dice Poohi sólo he venido por daros gusto. Y aquí estoy; y si me toca ir a la cola de esta Expo… eso, pues que sea de verdad la cola.
Pero si, cada vez que quiero sentarme a descansar un poco, tengo que barrer primero a media docena de Amigos y Parientes de Conejo, entonces lo que yo digo es que esto no es una Expo… lo que sea, ni es nada.
-Creo que Igor tiene razón -dijo Búho-. En mi opinión…
-No me interesa ninguna opinión -dijo Igor-. Yo estaba dando mi opinión. Por mí, podemos ir a descubrir el Polo Norte o dedicarnos a jugar a policías y ladrones. Me da exactamente igual.
Se oyó una voz desde la cabeza de la fila.
-¡En marcha! gritó Christopher Robin.
-¡En marcha! -gritaron Pooh y Porquete.
-¡En marcha! -gritó Búho.
-Ya nos vamos -dijo Conejo, y se apresuró a colocarse junto a Christopher Robin, al frente de la Expodición.
-De acuerdo -dijo Igor-, nos vamos; pero luego no me echéis a mí la culpa.
De modo que salieron todos en busca del Polo. Mienta andaban, charlaban de esto y lo otro; todos menos Winnie the Poohl, que estaba discurriendo una canción.
Es la primera estrofa – le dijo a Porquete, una vez que la hubo terminado de discurrir.
-;Primera estrofa de qué?
-De mi canción.
-¡Qué canción?
-Esta canción.
-¿Cuál?
-Si me escuchas, te enterarás.
-¿Cómo sabes que no estoy escuchando?
Pooh no supo responder a eso, así que empezó a cantar:
Salieron todos juntos en una Expodición
a descubrir el Polo con gran dedicación.
Llevaban por si acaso copiosas Provisiones,
que son lo que se come en las Expodiciones.
Iban Robin y Conejo y luego Piglety Pooh,
y Búho y también Igor y Kanga y hasta Ruh, s
eguidos de una fila de Amigos y Parientes
que van tras de Conejo sumisos y obedientes.
-¡Shhh! -dijo Christopher Robin volviéndose hacia
Pooh-. Estamos llegando a un Lugar Peligroso.
-¡Shh! -dijo Pooh volviéndose hacia Porquete.
-¡Shh! -dijo Piglet a Kanga.
-Shh! -dijo Kanga a Búho, mientras Ruh se decía
«Shh!» a sí mismo varias veces.
-;Shh! -dijo Búho a Igor.
-Shh! -dijo Igor con voz terrible a todos los Amigos y Parientes.
Y «Shh!» se dijeron rápidamente los unos a los otros a lo largo de toda la fila hasta que llegaron al último, que era el más pequeño y que se pegó tal susto al ver que toda la Expodición le estaba diciendo «.Shh!» a él, que metió la cabeza en un agujero y se quedó casi dos días enteros, hasta que pasó el peligro
Luego se fue corriendo a casa y vivió sosegadamente con una tía suya el resto de sus días.
Se llamaba Alejandro Escarabajo.
Habían llegado a un arroyo que serpenteaba y saltaba entre rocas. Christopher Robin comprendió inmediatamente lo peligroso que era.
-Es el mejor sitio para una Emboscada -explicó.
-¿Es algo de comer? -preguntó Pooh a Porquete en un susurro.
-Mi querido Pooh -dijo Búho con tono de superioridad-
¿No sabes lo que es una Emboscada?
-Búho -dijo Pigletmirándole con gran severidad-, el susurro de Pooh era absolutamente privado y no tienes por qué…
-Una Emboscada -dijo Búho-, es una especie de Sorpresa.
-Hay cosas de comer que también lo son -dijo Pooh.
-Una Emboscada, tal y como yo estaba explicándole a
Pooh -dijo Porquete-, es una especie de Sorpresa.
-Cuando alguien se te echa encima de repente, eso es una Emboscada -dijo Búho.
-Una Emboscada es cuando alguien se te cae encima de repente, Pooh -explicó Puerquito.
Winnie Pooh, que ahora ya sabía lo que era una Emboscada, les contó cómo un tarro entero de miel se le había caído encima una mañana y cómo había necesitado seis días para chuparse toda la miel de encima y lo que le fastidió tener que desperdiciar la que le cayó en los sitios donde no llegaba para chupar.
-No estaba hablando de comida -dijo Búho un poco molesto.
-Yo sí -dijo Pooh.
Iban trepando arroyo arriba, con sumo cuidado, saltando de roca en roca, hasta que llegaron a un sitio donde las orillas se ensanchaban, dejando a cada lado del agua un buen trozo de hierba donde poder sentarse a descansar. En ese momento, Christopher Robin gritó:
-¡Alto! -y todos se sentaron y descansaron.
-Me parece – dijo Christopher Robin-, que deberíamos comernos ahora todas las Provisiones y así no tendremos que llevar tanto peso.
-¿Comernos qué? -preguntó Pooh.
-Lo que hemos traído -dijo Piglet poniéndose a ello.
-Buena idea -dijo Pooh haciendo lo mismo.
-¿Tenéis todos comida? -preguntó Christopher Robin con la boca llena.