Mamá CANGU y RITO llegan al bosque

[responsivevoice_button voice="Spanish Female" buttontext="Leer audiocuento"] Listen to «Mamá CANGU y RITO llegan al bosque 🦘PIGLET se baña 🛁 Cuento Clásico Winnie Pooh | Capítulo VII 🧸 Episodio 14» on Spreaker.

KANGA y RITO llegan al bosque, PIGLET se baña 🦘 Parte 2 🛁 Capítulo VII 🧸 Episodio 14

(Ir a Primera parte – Episodio 13)

-¿Cómo era, Pooh? -preguntó Conejo.

Winnie the Pooh tosió levemente y comenzó:

POEMA ESCRITO POR UN OSO DE POCO CEREBRO

Los lunes, cuando el Sol calienta,
hay una cosa que me revienta;
que no termino de saber bien
si quién es cuál o cuál es quién.

Los martes, si además es trece,
en mí la duda crece y crece;
y me persigue como la peste
si éste es aquél o aquél es éste.

Los miércoles aún es peor, 
y es ése un día de terror,
por la pregunta que yo rehúyo:
si cúyo es cual o cual es cúyo.

Los jueves me voy animando, 
pues la semana se está acabando.
Pero no sé, ni bien ni mal, 
si tal es éste o éste es tal.

Los viernes…

-Claro, claro -dijo Kanga sin esperar a oír lo que pasaba los viernes-. Un salto más, Rito, y definitivamente nos vamos a casa, que es tardísimo.

Conejo dio un codazo a Pooh.

-Hablando de poesía -dijo Pooh rápidamente-, ¿te has fijado en ese árbol de ahí?

-¿Dónde? -dijo Kanga-. Venga, Rito…

-Ahí, detrás de ti -dijo Pooh señalando con la pata.

No -dijo Kanga-. Venga, Rito, salta al bolsillo, que nos vamos.

-Deberías mirar a ese árbol -dijo Conejo-. ¿Te ayudo a subir, Rito? – Y levantó a Rito del suelo.

-Desde aquí se ve un pájaro en el árbol -dijo Pooh-. ¿O es un pez?

No es un pez, es un pájaro -dijo Porquete.

-¿Es un mirlo o un estornino? – preguntó Winnie Pooh.

-Ésa es la cosa -dijo Conejo-. ¿Es un estornino o un mirlo?

Por fin Kanga volvió la cabeza para mirar, y en ese momento Conejo dijo en voz alta: «Adentro Rito», y Porquete se metió en el bolsillo de Kanga mientras Conejo salía corriendo con Rito entre sus patas.

-¿Adónde va Conejo? -preguntó Kanga volviéndose.

¿Estás bien, Rito?

Porquete  dio un gritito, tipo Rito, desde el fondo del bolsillo de Kanga.

-Conejo tenía prisa -dijo Pooh- Me parece que se ha acordado de algo de repente.

-¿Y Porquete?

-Me parece que también Porquete se ha acordado de algo de repente.

-Bueno, pues nosotros también nos vamos -dijo Kanga-.

Adiós, Pooh – y se alejó dando tres saltos enormes. Winnie the Pooh le miraba alejarse.

-Me encantaría poder saltar así -pensó-. Unos pueden y otros no. Y no hay que darle más vueltas.

Sin embargo, Porquete hubiera preferido que Kanga saltara un poco menos. Algunas veces, paseando por el Bosque, había pensado que le gustaría ser pájaro, pero ahora no podía por menos que opinar que Si esto es volar No creo que me guste en absoluto 

¡Ay!

Y, según iba subiendo por el aire, decía » :Ayyy!», y cuando bajaba decía «;Ooooh!» Y se pasó diciendo «¡Ay!» y «¡Oh!» todo el camino hasta casa de Kanga.

Naturalmente, en cuanto Kanga abrió el bolsillo, vio lo que había pasado. Al principio se asustó, pero luego pensó que no debía preocuparse porque Christopher Robin nunca consentiría que a Rito le ocurriera nada malo. Así que se dijo: «Si quieren gastarme una broma, ahora van a ver quién se ríe más».

-Bueno, Rito – dijo sacando a Porquete del bolsillo-.

Ahora a la cama.

-¡AJÁ! -dijo Porquete lo mejor que pudo después de su Terrible Viaje.

No fue un ;AJÁ! demasiado bueno y Kanga no pareció enterarse.

-Primero un buen baño -dijo Kanga de buen humor.

-¡AJA!-dijo Piglet otra vez, mirando a su alrededor a ver si estaban los otros. Pero los otros no estaban. Conejo estaba jugando con Rito en su casa y se le caía la baba.

Winnie the Pooh, mientras tanto, había decidido convertirse en Kanga y estaba todavía en el banco de arena haciendo prácticas de salto.

-No sé por qué me parece -dijo Kanga con voz pensativa-, que hoy te convendría un baño frío, Rito.

Porquete, que nunca había sido aficionado a bañarse, se echó a temblar de miedo e indignación.

– Kanga, me parece que ha llegado el momento de hablar claro.

-Qué gracioso, Rito! -dijo Kanga preparando el agua para el baño.

-No soy Rito! -gritó Piglet-, ¡soy Porquete!

-Claro, claro, querido -dijo Kanga sin inmutarse-, y qué bien imitas la voz de Porquete. ¡Qué hijo más listo tengo! -y sacó un enorme jabón del aparador-. Hay que ver qué ocurrencias.

-¿Pero es que no ves? -gritó Porquete-. ¿Es que no tienes ojos? ¡Mírame!

-Te estoy mirando, Rito, querido -dijo Kanga con severidad-, y ya sabes lo que te dije ayer de poner caras. Si sigues poniendo cara de Porquete acabarás pareciéndote a Porquete, y verás qué poca gracia te hace. Venga, métete en el baño, y no hables tanto.

Cuando quiso darse cuenta, Piglet se encontró en el baño mientras Kanga le frotaba con una gran esponja.

-Ay! -gritó Porquete-. ¡Déjame en paz, soy Porquete!

-No abras la boca o te entrará jabón -dijo Kanga-. ¿Ves?, ya te lo advertí.

-Lo has hecho aposta -rugió Piglet escupiendo jabón, y se volvió a encontrar con la esponja en la boca.

-Está bien, querido, no digas nada -dijo Kanga, y un minuto después, Porquete estaba fuera del baño, bien envuelto en una toalla.

-Ahora, la medicina y a la cama -dijo Kanga.

-¿Qué me… medicina?

-Para hacerte grande y fuerte. No querrás quedarte débil y canijo como Porquete, ¿verdad?; pues eso.

En ese momento llamaron a la puerta.

– Adelante -dijo Kanga, y entró Christopher Robin.

-¡Christopher Robin! ¡Christopher Robin! -gritó Porquete. Dile a Kanga quién soy. Ella insiste en que soy Rito.

¡pero no soy Rito!, ¿verdad que no soy Rito?

Christopher Robin le miró con detenimiento y dijo:

No puedes ser Rito porque acabo de verle jugando en casa de Conejo.

Vaya -dijo Kanga-. ¿Cómo he podido cometer semejante error?

-¿Lo ves? -dijo Porquete-. Ya te lo dije, yo soy Porquete.

Christopher Robin sacudió la cabeza. -No puedes ser Piglet. Conozco bien a Porquete y es de otro color.

Porquete empezó a decir que eso era porque se acababa de bañar, y luego pensó que mejor no decir eso. Y justo cuando abría la boca para decir otra cosa, Kanga le metió la cuchara con la medicina y le dio unos golpecitos en la cabeza, asegurándole que el gusto no era tan malo cuando uno se acostumbra.

– Ya sabía yo que no era Porquete – dijo Kanga-. Lo que no sé es quién puede ser.

-A lo mejor es un pariente de Winnie the Pooh -dijo Christopher Robin-. Un sobrino o un primo o algo.

Kanga admitió que ésa era posiblemente la respuesta y dijo que habría que buscarle un nombre.

-Le llamaremos Poohtel, Enrique Poohtel para abreviar.

Y justo cuando estaba decidido, Enrique Poohtel consiguió liberarse de los brazos de Kanga y saltó al suelo. Christopher Robin se había dejado la puerta abierta. Nunca en su vida había corrido tanto Enrique Poohtel Porquete, y no paró hasta llegar cerca de su casa. Pero en los últimos cien metros dejó de correr y rodó por el barro con el fin de recuperar su color habitual, tan cómodo y agradable…

Así que Kanga y Rito se quedaron en el Bosque y todos los martes Rito pasaba el día con su gran amigo Conejo, y todos los martes Kanga pasaba el día con su gran amigo Winnie Pooh, enseñándole a saltar, y todos los martes Piglet pasaba el día con su gran amigo Christopher Robin y todos eran felices.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.