El desastre de las gachas: un cuento tradicional con un final sorprendente 😱
Había una vez una niña que vivía con su madre. No se tenían más que a sí mismas y pasaban mucha hambre.
Un día la niña decidió ir al bosque a por fresas y, mientras lo hacía, se encontró con una anciana que le regaló una olla y le habló así:
«Es una olla encantada que en cualquier momento cocinará para ti gachas dulces con solo decirle:
«¡Olla, cocina!».
Y cuando quieras que deje de cocinar gachas has de decirle:
«¡Olla, detente!»».
La pequeña se llevó la olla mágica a su casa y, desde entonces, madre e hija podían comer gachas dulces siempre que lo deseaban.
Un día que la niña no estaba en casa, a la madre le entró hambre y puso a cocinar a la olla diciéndole las palabras mágicas.
«¡Olla, cocina!», y la olla comenzó a hacer las gachas. Pero las gachas se salieron por el borde de la olla, corrieron por el suelo de la cocina, después por el de toda la casa y, finalmente, por el de la calle, hasta que toda la ciudad quedó inundada en gachas dulces.
¡La madre había olvidado las palabras mágicas para detenerla!.
Cuando la pequeña llegó a casa y vio lo que había pasado, pronunció enseguida la orden:
«¡Olla, detente!». Y la olla, en efecto, dejó en el acto de cocinar gachas.
Pero ya era demasiado tarde: el que quiso entrar en la ciudad debió abrirse paso entre las gachas comiéndoselas.
5 lecciones que podemos aprender con el cuento de las gachas dulces 🌳 Conclusión
Este cuento nos hace pensar sobre la codicia y la responsabilidad. La codicia es el deseo excesivo de tener más de lo que se necesita o se merece. La responsabilidad es la capacidad de cumplir con nuestros deberes y asumir las consecuencias de nuestros actos. 🤔🌟
- La importancia de ser agradecidos con lo que tenemos y no pedir más de lo que necesitamos. 🙏
- El valor de compartir con los demás y no ser egoístas. 🤝
- El respeto a la naturaleza y a sus regalos. 🌳
- La responsabilidad de cuidar lo que nos dan y no olvidar las normas. 📝
- La consecuencia de nuestros actos y cómo pueden afectar a los demás. 😱
La madre de la niña fue codiciosa cuando quiso comer más gachas de las que podía. No se conformó con lo que la olla mágica le había dado y olvidó las palabras para detenerla. Por su codicia, causó un gran problema a toda la ciudad. 😱
La niña, en cambio, fue responsable cuando vio lo que había pasado. Recordó las palabras para detener la olla y lo hizo enseguida. También ayudó a limpiar el desastre que había provocado su madre. Por su responsabilidad, salvó la situación. 😊
Este cuento nos enseña que la codicia nos puede traer muchos problemas y que la responsabilidad nos puede ayudar a solucionarlos. También nos muestra que debemos ser agradecidos con lo que tenemos y compartirlo con los demás. 🙏