El pobre y el rico

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cuento con valores - Moralejas

Hermanos Grimm.

Esta historia ocurrió en el tiempo en que Dios todavía caminaba por la tierra. Un día Nuestro Señor al ver que ya estaba oscureciendo y cansado de caminar decidió pedir posada. Frente a él vio dos casas, una cerca de la otra.

Una de las casa era muy bonita, de grandes ventas, paredes blancas y techo de tejas rojas, en la que vivían un hombre rico y su mujer. En cambio la otra casa era una pequeña choza muy humilde, habitada por un hombre muy pobre con su mujer.

Dios pensó que pedir albergue al rico le sería menos gravoso: 

– Pasaré la noche en su casa-. Se dijo.

Tocó la puerta y un hombre de buen aspecto se asomó por una de las ventanas preguntándole a Nuestro Señor que quería.

– Hola buen amigo, estoy de paso. Ya es de noche y estoy cansado. ¿Podría darme cobijo por esta noche?.

El hombre observo al forastero de pies a cabeza, notando que vestía ropas modestas. Su aspecto no era opulento. Con desdén le dijo que no podía hospedarlo.

– Si tengo que darle posada a todo el que pasa por aquí, yo mismo tendría que tomar un bastón y andar como un mendigo.- Y cerro la ventana de un portazo.

Nuestro Señor se dirigió a la choza humilde y tocó la puerta. Enseguida un hombre muy modesto abrió y al ver al forastero se apresuró en invitarlo a entrar.

– Pase, pase amigo mío, afuera hace mucho frio.

La esposa del hombre le ofreció asiento amablemente.

– Seguro que está muy cansado y si lleva todo el día andando debe tener hambre- dijo la mujer poniéndose inmediatamente a cocinar una patatas. Mientras el hombre ordeñaba a su única cabra para tener leche con la que acompañar la cena. Los tres compartieron aquella modesta pero rica comida.

La piadosa mujer le propuso a su marido dormir en la paja, para que el cansado viajero durmiera en su cama. El marido pensó que era una maravillosa idea, pero Dios, sintiendo que aquello era demasiado rechazó el ofrecimiento. Tanto insistieron los humildes moradores de la pequeña choza que Nuestro Señor acabó por aceptar, acostándose en la cómoda y suave cama, mientras la pareja se acomodaba en la paja, junto a su apreciada cabra.

A la mañana siguiente, nada más despuntar el alba, la pareja se levantó para preparar el desayuno. Dios se despertó con el olor de la rica comida, que compartió nuevamente con sus amables anfitriones.

Ya en la puerta, el hombre pobre y su mujer despiden al viajero, que agradecido por su hospitalidad les dijo.

– Por haber sido bondadosos y generosos conmigo os concederé tres gracias.

– ¿Qué más podemos pedir que no sea la salvación eterna y que no nos falte salud y pan en la mesa?. ¡No sabría qué más pedir!.

Nuestro Señor le preguntó con cariño:

– ¿Y no te gustaría tener una casa nueva?.

El hombre emocionado respondió que sí.

Nuestro señor cumplió los deseos del hombre y bendiciéndolos se marchó. En ese mismo instante la choza se convirtió en una hermosa casa.

A media mañana, el hombre rico se levantó y asomándose por la ventana se quedó muy sorprendido al ver que donde estaba la fea choza ahora había una casa más hermosa que la suya. Con cara de asombro le preguntó a su mujer:

– ¿Sabes tú lo que ha sucedido? ¿ Por qué hay una bella casa donde antes estaba la choza de los vecinos?. Ve a ver si descubres qué es lo que ha ocurrido.

La mujer salió a la carrera a preguntar al pobre sobre lo acontecido.

– Anoche un forastero nos pidió posada. En agradecimiento por el trato recibido me concedió tres deseos: la salvación eterna, buena salud, pan y esta casa.

La mujer le contó a su marido rico lo que había averiguado. El hombre, poniéndose terriblemente furioso respondió a su esposa:

– Ese forastero también me pidió posada ayer misno, y yo se la negué.

– No pierdas tiempo,-  le dijo su mujer,-  sube al caballo y ve a alcanzarlo. No puede haber llegado muy lejos.

El hombre obedeció saliendo disparado al encuentro del caminante. Lo alcanzo y se dirigió a él con cortesía y finura:

– Disculpe buen hombre, anoche mientras buscaba las llaves para abrirle la puerta usted ya se había marchado. Pero si vuelve conmigo con gusto le daré posada esta noche.

– Muchas gracias,- contesto el Señor- pero continuaré con mi camino.

El hombre le dijo que él también había sido amable y que merecía, como su vecino, tres gracias. A lo que Nuestro Señor respondió que de a cuerdo. Que le concedería las tres gracias que pedía, que se cumplirían al llegar a su casa.

– Vuelve a tu casa y tendrás lo que hayas pedido—le dijo Nuestro Señor- así que pon mucho cuidado con aquello que vas a elegir.

De regreso el hombre iba meditado sobre lo que podría pedir. Distraído soltó las riendas y el caballo comenzó a brincar. Muy molesto el rico deseó que al terco animal se le rompiera el cuello. No había acabado de formarse dicho pensamiento cuando el caballo calló al suelo, muerto, con el cuello roto.  El hombre cogió la silla de montar y las riendas y comenzó a caminar. Cansado por la caminata y el peso de la silla en su espalda, pensó en su mujer, sentada en la sala de su casa, bien fresquita, y eso lo enfureció. Deseó que ella estuviera en la sala sentada en esa silla que él cargaba y que se quedara pegada a ella para siempre. De repente, la silla desapareció de su espalda.

Cuando el hombre llegó a su casa cansado y sediento, encontró a su mujer dando gritos, sentada en la silla de montar, pidiendo que la bajaran. El hombre ,consiente de que solo le quedaba un deseo le ofreció joyas y riquezas a su mujer si le permitía usar su deseo en otra cosa que no fuera sacarla de aquella situación. Pero ella, a gritos, le dijo que para qué quería ella todas las riquezas del mundo si debía permanecer el resto de su vida pegada a aquella silla.

– ¡Bájame de aquí de una vez!. – le dijo.

Al hombre no le quedo otro remedio que pedir que su mujer se despegara de la silla, utilizando de ese modo su última gracia. De toda su envidia y avaricia lo único que le quedó fueron malos ratos, cansancio y la pérdida de su caballo. Mientras que sus vecinos pobres estaban sanos y felices en su nueva casa.

 

1 comentario en «El pobre y el rico»

  1. La cuento esta muy bonito el sobre el rico y pobre y cuando el pobre y su mujer estaba con un casa destinta y hasta el final los pobre le ganaron a los rico y lo pobre estan libres casa nueva..😍😍😍😍😍😍

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