Cuento corto La fiebre Comilina – Gianni Rodari – El libro de los errores 🌡️
Cuando una niña está enferma, sus muñecas deben enfermar también para hacerle compañía; el abuelito las visita, receta las medicinas oportunas y les pone inyecciones con un bolígrafo.
-Ese niño está enfermo, doctor.
-¡Ah, si, ya! Me parece que tiene una buena refunfuñitis.
-¿Es grave?
-Gravísimo. Dele a beber este jarabe de lápiz azul y dele masajes con el papel de un caramelo de anís.
-Y este otro niño, ¿no le parece también enfermucho?
-Enfermísimo, se nota incluso sin el catalejo.
-¿Y que tiene?
-Un poco de resfriado, un poco de resfriadito y doscientos gramos de fresitis aguda.
-¡Madre mía! ¿Se morirá?
-No hay cuidado. Dele estas pastillas de estupidina disueltas en un vaso de agua sucia, pero que sea un vaso verde, porque los vasos encarnados le producían dolor de muelas.
Una mañana, la niña despierta ya curada y el doctor le dice que puede levantarse, pero el abuelito quiere visitarla personalmente, mientras mamá prepara los vestidos.
-Veamos… Diga treinta y tres… diga perepepé… Intente cantar… todo está bien: ha sido una magnífica fiebre comilina.