¡Ay, mi diente! El lobo aprende a no meterse en líos ⛔️
Un asno, al ver que se acercaba un lobo y no podía escapar de su enemigo temido, simuló estar cojo.
El lobo se acercó y le preguntó la causa de su cojera. El asno respondió que al saltar un cercado se había clavado una espina y que prefería morir antes que seguir soportando un dolor tan agudo.
-Quíteme, por favor, esta espina, señor Lobo y devóreme cuando guste, sin miedo a lastimarse la boca.
El lobo se dejó convencer mansamente; pero, al levantar la pata del borrico para examinarla recibió una coz tan fuerte que se quedo sin un solo diente.
El lobo, mal herido, dijo llorando su desventura:
-Bien merecido lo tengo porque, siendo mi oficio de carnicero ¿Cómo se me ocurrió hacer de curandero?
No tiene juicio
quien deja el propio
por ajeno oficio
6 Moralejas / Enseñanzas de la fábula El asno y el lobo
Es importante recordar que cada uno de nosotros tiene habilidades y talentos únicos que nos hacen valiosos en nuestro trabajo actual. Siempre podemos aprender nuevas habilidades y crecer en nuestro oficio actual, pero nunca debemos abandonarlo por completo.