PIGLET y WINNIE POOH el cumpleaños de IGOR 🎁 Mini cuentos | Cap VI (Parte 2d2) 🧸 Episodio 12
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-¡Porras! -dijo Pooh-. Y ahora, ¿qué hago? Tengo que llevarle algo.)
Pensó un rato, pero no se le ocurría nada.
Luego pensó: «Es un tarro muy bonito, incluso sin miel dentro, así que, si lo lavo bien y encuentro a alguien que escriba «Feliz Cumpleaños» alrededor, Igor podría usarlo para guardar cosas, lo cual es muy útil».
De modo que, aprovechando que estaba atravesando justamente el Bosque de los Cien Acres, se acercó a ver a Búho, que vivía allí.
-Buenos días, Búho -dijo.
-Buenos días, Pooh – dijo Búho.
-Muchas felicidades por el cumpleaños de Igor -dijo Winnie Pooh .
-¿Es hoy?
-¿Qué le vas a regalar, Búho?
-¿Qué le vas a regalar tú?
-Yo le voy a regalar este Tarro Útil para guardar cosas y quería pedirte…
-¿Es éste? -dijo Búho quitándoselo a Pooh de las manos.
-Sí, y quería pedirte…
-Alguien ha estado usándolo para guardar miel -dijo Búho.
-Sirve para guardar de todo -dijo Pooh enérgicamente-. Es muy Útil. Así que quería pedirte…
– Tendrías que escribir «Feliz Cumpleaños» alrededor.
– Eso es justamente lo que quería pedirte -dijo Winnie Pooh -. Porque mi letra es Insegura. Escribo bien pero Inseguro y las letras se van para los lados. ¿Te importaría escribir «Feliz Cumpleaños» por mí?
-Es un buen tarro -dijo Búho, mirándolo con detenimiento-. ¿No podríamos regalárselo entre los dos?
-No -dijo Winnie Pooh -, ése no es un buen plan. Ahora voy a lavarlo bien y luego tú escribes alrededor. Así que lavó el tarro y lo secó con cuidado mientras Búho chupaba la punta de su lápiz tratando de recordar cómo se escribe «cumpleaños»
-¿ Sabes leer, Pooh ? -preguntó Búho con cautela-. Hay un cartel a la puerta de mi casa que escribió Christopher Robin, ¿puedes leerlo?
Christopher Robin me ha dicho lo que pone, y así sí que puedo.
Bueno, pues te diré lo que pone aquí y así lo podrás leer también.
Entonces Búho se puso a escribir y esto es lo que escribió:
FLZ FIZ CULAñOS PLEA MPLAFLZ
Pooh miraba el letrero con admiración.
-Estoy poniendo «Feliz Cumpleaños» – dijo Búho con suficiencia.
-Queda bonito… y largo -dijo Winnie the Pooh muy impresionado.
-Bueno, es que, en realidad, estoy poniendo «Muy Feliz Cumpleaños Con Cariño de Pooh”. Naturalmente, lleva mucho más tiempo poner todo esto.
-Ya veo – dijo Pooh.
Mientras tanto, Piglet había ido a su casa a buscar el globo para Igor. Lo llevaba fuertemente sujeto para que no se le volara y corría a todo meter porque quería llegar a donde estaba Igor antes que Pooh.
Pensó que le gustaría ser el primero en llegar con un regalo, como si se le hubiera ocurrido a él sin necesidad de que nadie le diera la idea. Así que, mientras corría pensando en lo contento que se iba a poner Igor, no miraba por dónde pisaba y, de repente, metió el pie en un agujero y se cayó de narices.
¡BLAMM!
Piglet se quedó quieto pensando qué habría pasado. Al principio le pareció que todo el universo había explotado; luego pensó que tal vez sólo había sido todo el Bosque; luego pensó que tal vez sólo era él mismo quien había explotado y que nunca más vería a Christopher Robin, ni a Winnie the Pooh , ni a Igor, y luego pensó: «Bueno, pues incluso si estoy en la Luna no tengo por qué estar de narices todo el tiempo», de modo que se puso de pie y miró cautelosamente a su alrededor. Seguía estando en el Bosque.
-Vaya; tiene gracia -pensó-. Me pregunto qué ha sido ese ruido. No ha podido ser sólo mi caída. ¿Y dónde está el globo? ¿Y qué es ese pingajo de goma?
Era el globo.
-¡Ay, madre! ¡Vaya, vaya, vaya! Pues ya no tiene remedio y no tengo más globos. A lo mejor a Igor no le gustan mucho los globos. Continuó caminando, muy triste, hasta que llegó a la oriIla del arroyo donde estaba Igor y le llamó.
-¡Buenos días, Igor! -gritó Porquete.
-Buenos días, Piglet – dijo Igor-. Si es que son buenos -dijo-, lo cual no está nada claro. Tampoco es que importe.
-Muchas felicidades -dijo Piglet, que ya había llegado junto a él.
Igor dejó de contemplarse en el agua y se volvió para mirar a Puerquito. -Di eso otra vez – dijo.
-Muchas felici..
-Espera un momento.
Balanceándose sobre tres patas, empezó a levantar la cuarta con mucho cuidado hasta la oreja. -Ayer lo conseguí -explicó cayéndose por tercera vez-. Es fácil. Lo hago para oír mejor… Ya está… Ahora ya no me caigo. Ya puedes repetir lo que estabas diciendo. -Y empujaba la oreja hacia adelante con la pezuña.
-Muchas felicidades – repitió Piglet.
-¿Te refieres a mí?
-Claro, Igor.
-¿Mi cumpleaños?
-Sí.
-¿Quieres decir que voy a tener un cumpleaños?
-Sí, Igor, y te he traído un regalo.
Igor separó su pezuña derecha de su oreja derecha, se volvió en redondo y, con gran dificultad, levantó la pezuña izquierda.
-Eso me lo vas a tener que repetir en la otra oreja. A ver -dijo.
-UN REGALO -dijo Piglet alzando mucho la voz.
-¿Para mí?
-Sí.
-¿Por mi cumpleaños?
-Claro, Igor.
-¿Voy a tener cumpleaños?
-Sí, Igor. Y te he traído un globo.
-¡Globo! -dijo Igor-. ¿Has dicho globo? ¿Una de esas cosas de colorines que se soplan? ¿Alegría, Alegría, Cantar y Bailar, Viva la pepa y Yujuruju?
-Sí, pero… me temo… Lo siento mucho, Igor… pero cuando iba corriendo para traértelo, me caí.
-Vaya, vaya. ¡Qué mala suerte! Ibas demasiado rápido, supongo. ¿Te has hecho daño?
-No, pero yo… yo… ¡Oh, Igor! Lo siento mucho, pero se me explotó el globo.
Se hizo un largo silencio.
-¿Mi globo? -dijo Igor por fin.
Piglet asintió.
-;El globo de mi cumpleaños?
Sí, Igor – dijo Piglet sorbiendo por la nariz-. Aquí está. Con… con… con… mis mejores deseos de un feliz cumpleaños. – Y entregó a Igor el pingajo de goma.
-¿Es esto? – dijo Igor un poco sorprendido.
Piglet asintió.
-¿Mi regalo?
Piglet asintió de nuevo.
-¿El globo?
-Sí.
-Gracias, Piglet -dijo Igor-. Perdona la pregunta -continuó-, pero ¿de qué color era el globo cuando era un globo?
–Rojo.
-Sólo quería saber… Rojo -murmuró para sí-. Mi color favorito.
-¿Cómo era de grande?
-Casi como yo.
-Sólo quería saber… Casi tan grande como Piglet -se dijo tristemente. Mi tamaño favorito. Vaya, vaya.
Piglet se sentía desgraciadisimo y no sabía qué decir.
Estaba abriendo la boca para empezar alguna conversación y decidiendo al mismo tiempo que era inútil, cuando oyó una voz al otro lado del arroyo y allí estaba Pooh.
-Muchas felicidades! -gritó Winnie Pooh, olvidando que él ya se lo había dicho antes.
-Gracias, Pooh -dijo Igor con su más triste voz.
-Te he traído un regalo -dijo Winnie the Pooh lleno de entusiasmo.
-Ya lo tengo – dijo Igor.
Pooh había cruzado el arroyo para acercarse a Igor y Porquete estaba sentado un poco más lejos, con la cabeza entre las patas.
-Es un Tarro Útil -dijo Winnie the Pooh -. Aquí lo tienes. Y lo que está escrito alrededor es «Muy Feliz Cumpleaños Con Cariño de Pooh «. Esto es lo que pone. Y sirve para guardar cosas.
Cuando Igor vio el tarro se puso excitadisimo.
-Fíjate! Creo que mi globo cabe justo en ese tarro -dijo.
-Oh, no, Igor -dijo Pooh -. Los globos son demasiado grandes para guardar en tarros. Lo que haces con un globo es, primero, sujetarlo…
– El mío no -dijo Igor muy orgulloso-. Mira, Piglet
Y cuando Piglet se volvió tristemente para mirar, Igor tomó el globo con los dientes y lo colocó dentro del tarro; luego lo volvió a tomar y lo sacó al suelo y, finalmente, volvió a recogerlo y de nuevo lo depositó en el tarro.
-Sí que cabe! – dijo Pooh -. Cabe estupendamente.
-¡Ya lo creo! – dijo Puerquito-. Se puede meter y sacar.
-¿Verdad que sí? -dijo Igor-. Entra y sale con toda facilidad.
-¡Cuánto me alegro -dijo Winnie the Pooh muy contento- de haber pensado en regalarte un Tarro Útil para guardar cosas!
-Y yo me alegro -dijo Piglet encantado- de haberte regalado algo para guardar en un Tarro Útil.
Pero Igor no les escuchaba. Estaba sacando y metiendo el globo, más feliz que nadie.
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